¿Por qué nosotros no? Acción Ciudadana por la Salud y el cambio de la Ley Española de Tabaco

Así serán las nuevas cajetillas de tabaco que prepara la UE. Las imágenes de las advertencias sanitarias se endurecerán y ocuparán el 65% del paquete.

21/11/2015 Beatriz García

Menos espacio para la marca en los nuevos paquetes de cigarrillos. Ésa es una de las principales consecuencias de la última Directiva europea antitabaco. La norma, que entrará en vigor el 20 de mayo de 2016, arremete contra el envasado de los cigarros y eleva el nivel de las advertencias sanitarias que contienen los paquetes.

En concreto, los mensajes y las imágenes que informan sobre los efectos nocivos del tabaco, así como el contacto de los profesionales especializados en el abandono del hábito, pasarán de ocupar el 40% de las caras frontales del envase, al 65%. En los laterales, habrá otro 50% destinado a más advertencias sanitarias. Además, para 2019, el sello de la Administración Tributaria tendrá que situarse en la parte de arriba del paquete y los fabricantes tendrán que incorporar a las cajetillas un código de seguridad que facilite su seguimiento y autentificación.

Advertencias más duras

Los fumadores se despedirán también de las 14 imágenes que el Ministerio de Sanidad implantó en los paquetes de tabaco españoles en el año 2010, y ...

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... verán en sus cajetillas nuevas fotografías de aviso. Entonces, por primera vez, los paquetes mostraban situaciones tan impactantes como los estragos del cáncer de garganta o de pulmón, un cadáver esperando la autopsia o una arteria obstruida a causa del tabaco.

En esa misma línea, pero subiendo el nivel de impacto, irán las que se empiecen a fabricar de forma inminente. Una pareja al lado de un pequeño féretro, un cadáver que ha fallecido de un infarto o un hombre que se debate entre la vida y la muerte por una embolia son las más sobrecogedoras. "Deje de fumar: siga vivo para sus seres queridos", "Su humo es malo para sus hijos, familia y amigos", "Fumar puede matar al hijo que espera", son algunas de las advertencias.

Por ley, el Juego número 1 tendrá que estar en circulación antes del 20 de mayo de 2016. Al año siguiente, se dispensarán cigarrillos con otro Juego de advertencias en imágenes y al tercer año, con otras diferentes.

En mayo de 2017 no se podrán vender las antiguas

Al coste y al trastorno que les supondrá a los fabricantes tener que cambiar los envases de las cajetillas de tabaco, hay que sumarle otro problema. Y es que el Gobierno no ha traspuesto aún la normativa comunitaria a la legislación nacional.

"Estamos en el tiempo de descuento y todavía no hemos empezado a fabricar porque no sabemos cómo lo tenemos que hacer", aseguró el portavoz de la Mesa del Tabaco, Juan Páramo, esta semana en un encuentro con periodistas. La Mesa del Tabaco reúne a toda la cadena de valor del producto, desde cultivadores, transformadores, fabricantes, sindicatos y expendedores.

Al tratarse de una ley de mínimos, los estados pueden aplicar diseños más estrictos para sus respectivas cajetillas de cigarrillos. Aunque la Mesa de Tabaco prevé que España no añadirá más restricciones a las aprobadas en Europa, piden que apruebe un texto definitivo cuanto antes.

El tiempo corre en contra de los tabaqueros. A partir del 20 de mayo de 2016, no se podrán fabricar ya cajetillas antiguas. Las compañías tendrán un año para deshacerse del stock y será a partir del 20 de mayo de 2017, cuando ya no puedan comercializar los paquetes que ahora conocemos.

Según los cálculos del sector, desde que empiecen a fabricar, las marcas más conocidas, como Lucky, Marlboro o Fortuna, tardarán 3 o 4 meses en vender todo el producto antiguo. Para las firmas menos populares, el proceso será mucho más largo.

El siguiente paso: envasado genérico

Aunque, en principio, no es la intención del Gobierno de España, hay otros países del Viejo Continente que han dado un paso más al desarrollar la Directiva europea y han aprobado el envasado genérico de las cajetillas de tabaco. En Irlanda y Reino Unido es definitivo y en Francia está pendiente de aprobación.

Actualmente, sólo Australia ha impuesto el tabaco genérico a sus cajetillas de tabaco. La medida consiste en fabricar idénticos paquetes de cigarrillos con un pequeño espacio donde las compañías podrán poner el nombre de su marca, pero con la misma tipografía y color.

Así, se estandariza el tabaco, eliminando logotipos, colores y el diseño de las marcas propiedad de los fabricantes, lo que convierte en tarea imposible distinguir las diferentes referencias.

Para Juan Páramo, imponer cajetillas también llamadas de marca blanca es una medida "extrema e innecesaria" y que supone "una completa expropiación de la marca" para las firmas tabaqueras.

Además, como es mucho más difícil distinguirse de sus competidores, "las marcas solo contarán con el precio para poder ser más competitivas, por lo que tendrán que abaratar el producto para mantenerse en el negocio, lo que echa por tierra el objetivo de la Directiva europea de desincetivar el consumo en general e impedir que los menores tengan acceso" al tabao, añade.


Golazo a la salud y al sentido común

12/11/2015 Joseba ZABALA GALÁN. EL MUNDO

'¡Gol por la escuadra!'. Es lo primero que pensé al leer la noticia del acuerdo que han firmado Philip Morris y Altadis con la Guardia Civil para luchar contra el contrabando de tabaco. Hace daño a la vista ver a una tabaquera pagando a la Benemérita cámaras acuáticas, sistemas de visión nocturna, escáner...

Todo un golazo y, además, en propia meta, porque se permite a estas corporaciones aparecer ante la gente como garantes de la legalidad y el buen hacer. En fin, todo un gol magistral de imagen corporativa que voy a tratar de repetir a cámara lenta para que el lector que no tenga el ojo hecho este tipo de jugadas pueda juzgar con criterio táctico.Desde 2004, las cuatro mayores compañías de tabaco del mundo han pagado miles de millones de dólares en multas para resolver sus casos de contrabando en Europa y Canadá.

En el año 2000, la Comisión Europea y estados miembros de la Unión emprendieron acciones legales contra ellas acusándolas de "contar con un sistema global continuo para el contrabando de cigarrillos, blanqueo de los ingresos del tráfico ...

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... de narcóticos, obstrucción de la supervisión gubernamental, sobornos a funcionarios públicos extranjeros, actividades comerciales ilegales con grupos terroristas y estados que respaldan el terrorismo". Como resultado de esas acciones legales, las empresas Philip Morris Internacional (PMI) y Japan Tobacco Internacional (JTI) cerraron sus casos en 2004 y 2007, respectivamente, mediante el pago de más de 1.600 millones de dólares a la Comisión Europea y a estados miembros por el reconocimiento de las pérdidas fiscales sufridas por sus actos ilícitos. PMI salvó la demanda en su contra mediante un acuerdo legalmente vinculante y evitó así verse obligada a admitir su culpabilidad.

Los 200 lobbistas de Phillip Morris en Bruselas debieron hacer bien su trabajo, porque, tras tres años de reuniones confidenciales, llegaron a un acuerdo con la CE que se firmó en 2004 y que tras 12 años de duración vence en 2016.

Precisamente, el mes pasado, la Defensora del Pueblo Europeo (Ombudsman), la irlandesa Emily O'Reilly, denunció la falta de transparencia en la reuniones que mantuvo la anterior Comisión Europea, bajo la presidencia de Durao Barroso, con la industria tabaquera, e instó al nuevo ejecutivo comunitario a que publicase estas informaciones.

Se trataba, por una parte, de impedir que Philip Morris siguiera implicada en el comercio ilícito de sus propios cigarrillos y castigar a la empresa cuando se realizase una incautación grande, y, por otra parte, de encontrar una manera de que los estados miembros de la UE recuperasen los ingresos por impuestos dejados de percibir. Pero ocurre que los agentes de aduanas dependen de la propia tabaquera para determinar si los cigarrillos incautados son originales (sujetos a pagos) o falsificaciones (no sujetos a pagos por incautación). El acuerdo dispone que este hecho sea analizado por el fabricante, con lo que el resultado ha sido el previsible: hasta ahora los pagos por incautación de cigarrillos ilícitos han sido ridículos, sólo el 0,5 % de los 3.800 millones de cigarrillos incautados en la UE en 2012 eran originales. Lo que conlleva que los gobiernos no vean un duro por los ingresos perdidos.

Mis queridas futboleras y futboleros se preguntarán: ¿Cómo deciden PMI y las otras grandes empresas tabaqueras si las incautaciones son auténticas o si se trata de falsificaciones? Los fabricantes de tabaco se basan en un sistema denominado Codentify desarrollado internamente por Philip Morris, y que puede ser utilizado gratuitamente por otras empresas tabaqueras (Japan Tobacco International, British American Tobacco, Imperial Tobacco). Codentify crea un algoritmo de 12 cifras que se aplica a cada paquete de cigarrillos para seguirlo a lo largo de su cadena de suministro mediante un código escaneable. Éste es el trasfondo del partido. Volviendo ahora a la jugada del gol, ya os habréis dado cuenta que el convenio con PMI no es otra cosa que una manera de utilizar a la Guardia Civil para el desarrollo del sistema Codentify propio de Philip Morris, que, además, no cumple con los requisitos del Protocolo para la Eliminación del Comercio Ilícito de los Productos del Tabaco impulsado por la Organización Mundial de la Salud y firmado el pasado año por España, y que establece en su artículo 8.2 que el sistema de seguimiento y rastreo debe de ser controlado por el Estado de forma independiente de la industria tabaquera.

Este protocolo no es el único acuerdo que contravienen los jugadores. El artículo 5.3 del Convenio marco de la OMS para el control del tabaco exige a los Estados que sean responsables y transparentes en todos sus contactos con la industria. Ahora bien, una cosa es pedir datos a una tabaquera, y otra muy distinta es dejarse financiar por ella. Hablando claro: ¿cómo es posible que una tabaquera pueda financiar a quien se supone que tiene que luchar contra el contrabando, cuando ha quedado patente que es la propia industria quien puede estar detrás? La financiación de estos sistemas policiales de control tiene que provenir de los impuestos al tabaco y no del dinero oscuro de quien lo fabrica y trafica con él.

La Salud Pública y la ciudadanía han visto la jugada, han visto que el gol no es válido y además piden tarjeta roja, tanto aquí como en Bruselas, pues en su lucha contra el contrabando de tabaco, Europa tiene que buscar una solución más eficaz y eficiente que el actual acuerdo con PMI.

El tiempo de juego no ha acabado, queda partido por delante. Tras el descanso viene una segunda parte donde el futuro se llama empaquetado genérico de tabaco. Seguro que dirán que su implantación también estimula el contrabando. Nada más lejos de la realidad: lo que estimula el paquete neutro es que nuestras chavalas y chavales no empiecen a fumar.

¡Qué le vamos a hacer! El mundo y la Salud Pública se mueven en esa dirección. Australianos, británicos, franceses e irlandeses ya han dado el paso hacia la Revolución Caqui. ¿Por qué nosotros no?

La salud de todos está en juego, y este partido lo vamos a ganar.

(*) Joseba Zabala Galán es especialista en Salud Pública, coordinador de la Iniciativa Ciudadana XQNS!, premio Reina Sofía de las Drogas y miembro del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo.


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